lunes, 10 de septiembre de 2007

Vías Cruzadas



Pequeña maravilla de esas que te sorprenden muy gratamente cuando menos te lo esperas. Es la clásica película independiente americana, de esa que dices: ¿cómo me va a atrapar una historia sobre un enano enamorado de los trenes, una artista trastornada y un pesado vendedor ambulante de hamburguesas? Pues lo hace, e incluso te emociona, te hace reflexionar, reír y llorar.
Pocos ingredientes muy bien aliñados, y sobretodo un fantástico guión, y lo que es más importante en estos casos: un trabajo de los actores magistral.
Muy recomendable película, y sensacional su “pequeño” protagonista Peter Dinklage.

El libro negro



Ver esta película me dió una alegría. Grata sorpresa la mía al encontrarme con un film de gran calado, trepidante, históricamente muy interesante, y con un trabajo de los actores enorme. He de reconocer que tenía muchas ganas de ver esta película por todas las buenas críticas que generó su estreno y por tener una cierta debilidad por Paul Verhoeven, tanto el Verhoeven excesivo como el clásico. Y lo cierto es que El libro negro combina a la perfección todas las facetas del director holandés, pero siempre con mesura.
El ritmo de todo el film pese a su extensión (más de dos horas) es trepidante, sin dejar un segundo para respirar pero permitiendo en todo momento digerir el argumento y la trama, algo que muchos directores olvidan. El toque erotismo que sólo él sabe imprimir (la protagonista es sencillamente arrebatadora además de gran actriz) resulta de una elegancia sublime (hasta el baño de color púbico). La historia en sí es desgarradora, y aunque es verdad que nos han contado mil veces historias de la II Guerra Mundial, en este caso nos encontramos ante una óptica cuanto menos diferente (la Holanda ocupada), y sobretodo hemos de tener en cuenta y contextualizar que la película está ambientada en el convulso final de esta horrible guerra, donde la sin razón llegó a límites insospechados (como en el horrible Berlín liberado por los soviéticos en el 45).
Por tanto me quito el sombrero y agradezco a Paul Verhoeven y su equipo que nos ofrecieran está magnífica película. Muy buena.

Marie Antoinette



Las Vírgenes suicidas, me cautivó, especialmente la banda sonora de Air que aún escucho muy de tanto en cuanto, Lost in translation, me embrujó con sus imágenes centelleantes que se fundían con la música como un todo (está claro que Sofia y yo tenemos gustos afines en lo musical), el fascinante desencato de Bill Murray y la sensual e inocente Scarlette hicieron el resto. Pero la verdad es que Marie-Antoniette me ha dejado una cierta sensación de desencanto.
Antes de todo, cabe destacar que la dirección artística y de vestuario es absolutamente espectacular, los movimientos de cámara, una delicia para los ojos, pero en su conjunto es una película a la que le falta algo, quizás profundidad.
El metraje, según mi opinión, es excesivamente largo, sobretodo en la zona media donde parece que vivas en un bucle de zapatos, diamantes, pasteles y demás lujos, pero tanto el inicio como el final me parecen más que destacables.
Kirsten está magnífica, pero el actor protagonista no me convence en absoluto, ni el guión que en mi opinión flojea o se queda a medias, ni tampoco la banda sonora, que a mi parecer no acaba de congeniar con las imágenes en algunos planos (yo hubiese optado más por la electrónica naïf y no tanto por el pop)...
Por tanto, se trata de una película estéticamente deliciosa pero argumentalmente coja, pero sin duda una película que merece la pena ver y que refleja acertadamente todos los rocambolescos artilugios sociales del Versalles de la época (por cierto una etapa histórica que nunca me ha atraído).
Sin duda, seguiremos con atención la próxima película de esta gran directora.